Federer se sigue emocionando en la Central de Wimbledon. Nunca ha perdido allí. Siempre llora al final, y ya van tres veces consecutivas, algo sólo al alcance de Borg y Sampras en la era profesional. Un set se dejó en el camino, ninguno en la final ante Roddick, de nuevo un juguete en sus manos(6-2, 7-6, 6-4), y ya suma 30 títulos en su carrera, cinco de Grand Slam.
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