A Federer lo convirtió en tenista el vídeo de la final de Wimbledon de 1989 entre Becker y Edberg, por ese orden, sus tenistas favoritos. Como el alemán, ganó su primer título de Grand Slam sobre la hierba británica y ahora, como también le sucediera en 1991 a su espejo de la infancia, sale del Abierto de Australia como ‘número uno’ del mundo y campeón del torneo tras derrotar a Marat Safin (7-6, 6-4, 6-2) en dos horas y cuarto de final.
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